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Me entrego a Ti, me doy a Ti, Señor

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Miro a la cruz y allí te encuentro

entre llagas, Señor.

Miro en mi adentro y allí te encuentro.

Soy tu morada, Señor.

Asombrado en tu bondad,

tu pobreza y humildad,

me hago espaldas de tu amor.

Me entrego libremente.

Me doy totalmente.

Me entrego a Ti, me doy a Ti,

Me entrego del todo a ti, mi Dios.

Me entrego a Ti, me doy a Ti,

Me entrego a Ti, Señor.

Miro entre pucheros y allí te encuentro.

Tú me acompañas siempre, Señor.

Miro en todas partes y allí te encuentro.

Tú eres la fuente de mi amor.

Y andar en tu verdad,

caminar en humildad,

tratar de amistad contigo, Señor.

Me entrego libremente…

Darnos del todo. Darnos del todo a Ti.

Lecturas Domingo de la trigesimoprimera semana de Tiempo Ordinario. 

05/11/2017
PRIMERA LECTURA
Os habéis separado del camino recto y habéis hecho que muchos tropiecen en la ley
Lectura de la profecía de Malaquias 1, 14-2, 2b. 8-10

Yo soy un gran rey, dice el Señor del universo, y todas las naciones temen mi nombre.

Esto el lo que os mando, sacerdotes:

Si no escucháis y no ponéis todo vuestro corazón en glorificar mi nombre, – dice el Señor del universo, os enviaré la maldición.

Os habéis separado del camino recto y habéis hecho que muchos tropiecen en la ley, invalidando la alianza de Leví , dice el Señor del universo.

Pues yo también os voy hacer despreciables y viles para todo el pueblo, ya que vuestra boca no ha guardado el camino recto gy habéis sido parciales en la aplicación de la ley.

¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos creó el mismo Dios?

¿Por qué entonces nos traicionamos unos a otros profanando la alianza de nuestros padres?

Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL 130, 1-3
R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R.

Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre;
como un niño saciado
así está mi alma dentro de mí. R.

Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre. R.

 

SEGUNDA LECTURA
Deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 7b-9. 13

Hermanos:

Nos portamos con delicadeza, entre vosotros, como una madre que cuida con cariño de sus hijos.

Os teníamos tanto que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.

Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no ser gravosos a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios.

Por tanto, también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque, al recibir la palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios que permanece operante en vosotros los creyentes.

Palabra de Dios.

Evangelio Domingo de la trigesimoprimera semana de Tiempo Ordinario.

Aleluya Mt 23, 9b. 10b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Uno solo es vuestro Padre, el del cielo
    y uno solo es vuestro maestro, el Mesías. R

 

EVANGELIO
Ellos dicen, pero no hacen
Lectura del santo evangelio según san Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo:

«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.

Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.

Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbi”.

Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbi”, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.

Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.

El primero entre vosotros será vuestro servidor.

El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor.

Jueves de la trigésima semana de Tiempo Ordinario. Fieles Difuntos. 

02/11/2017
PRIMERA LECTURA
Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor
Lectura del libro de las Lamentaciones 3, 17-26

He perdido la paz, me he olvidado de la dicha; me dije: «Ha sucumbido mi esplendor y mi esperanza en el Señor».

Recordar mi aflicción y mi vida errante es ajenjo y veneno; no dejo de pensar en ello, estoy desolado; hay algo que traigo a la memoria, por eso esperaré: Que no se agota la bondad del Señor, no se acaba su misericordia; se renuevan cada mañana, ¡qué grande es tu fidelidad!; me digo: «¡Mi lote es el Señor, por eso esperaré en él».

El Señor es bueno para quien espera en él, para quien lo busca; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 129, 1b-2. 3-4. 5-6. 7. 8
Desde lo hondo a ti grito Señor.

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor.,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor. R.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. R.

Aguarda Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del señor viene la misericordia,
la redención copiosa. R.

Y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R.

 

Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. El Señor es benigno y justo,
    nuestro Dios es compasivo;
    el señor guarda a los sencillos:
    estando yo sin fuerzas, me salvo. R
  2. Tenía fe, aún cuando dije:
    «¡Qué desgraciado soy!».
    Yo decía en mi apuro:
    «Los hombres son unos mentirosos». R
  3. Mucho le cuesta al Señor
    la muerte de sus fieles.
    Señor, yo soy tu siervo,
    rompiste mis cadenas. R

 EVANGELIO
En la casa de mi Padre hay muchas moradas
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice:

«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».

Jesús le responde:

«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

Palabra del Señor.