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Evangelio Domingo de la vigesimoctava semana de Tiempo Ordinario.

Aleluya Cf. Ef 1, 17-18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. El Padre de nuestro Señor Jesucristo
    ilumine lo ojos de nuestro corazón,
    para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama R

 

EVANGELIO
A todos los que encontréis, llamadlos a la boda
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:

«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:

«Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda».

Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.

El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

Luego dijo a sus criados:

«La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda».

Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:

«Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?».

El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores:

«Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».

Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos».

Palabra del Señor.

Por Ti aprendí a vivir

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Solía pensar que estabas tan lejos

que eras inalcanzable.

tu tan alto y yo aquí.

Y a pesar de todo te sentía tan cerca

Dentro de mi el deseo

De subir cada peldaño

Y aunque veía en mi una gran miseria

Tu me hacías sentir que valía la pena

Y aunque no podía ignorar mi indignidad

Tu me haces comprender que por ti

De todo sería capaz.

Y asi…

Fuiste entrando así en el corazón

Y así…

Fuiste haciendo tuyo

lo que de por sí Te pertenecía, Jesús.

He descubierto que tu amor me hace grande

Y que sacia toda hambre

Que no podría colmar nadie mas

Y ahora que te conozco

Se que es posible

Hacer de esta tierra mi cielo

Porque tu eres lo mejor para mi

Y así…

Fuiste entrando así en el corazón

Y así…

Fuiste haciendo tuya mi vida entera

Y así…

Transformaste en ti lo que yo era

Por ti aprendí a vivir

De tal forma que ya no soy yo

Si no tu en mi

Y ya no soy yo

Si no tu…

Si no tu… Tu en mi.

Domingo de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario. 

08/10/2017
PRIMERA LECTURA
La viña del Señor del universo es la casa de Israel
Lectura del libro de Isaías 5, 1-7

Voy a cantar a mi amigo el canto de mi amado por su viña.

Mi amigo tenía una viña en un fértil collado.

La entrecavó, quito las piedras y plantó buenas cepas; construyó en medio una torre y cavó un lagar.

Esperaba que diese uvas, pero dio agrazones.

Ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña.

¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no lo hubiera hecho?

¿Por qué, cuando yo esperaba que diera uvas, dio agrazones?

Pues os hago saber lo que haré con mi viña:

quitar su valla y que sirva de leña, derruir su tapia y que sea pisoteada.

La convertiré en un eril: no la podarán ni la escardarán, allí crecerán zarzas y cardos, prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.

La viña del Señor del universo es la casa de Israel y los hombres de Judá su plantel preferido.

Esperaba de ellos derecho, y ahí tenéis: sangre derramada; esperaba justicia, y ahí tenéis: lamentos.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20
R. La viña del Señor es la casa de Israel.

Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río. R.

¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas? R.

Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó
y al hijo del hombre que tú has fortalecido R.

No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor, Dios del universo, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve. R.

 SEGUNDA LECTURA
Ponedlo por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 6-9

Hermanos:

Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.

Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta.

Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.

Y el Dios de la paz estará con vosotros.

Palabra de Dios.

Evangelio Domingo de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario.

Aleluya Cf. Jn 15, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Yo os he elegido del mundo – dice el Señor -,
    para que vayáis y deis fruto,
    y vuestro fruto permanezca. R

 EVANGELIO
Arrendará la viña a otros labradores
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

«Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.

Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.

Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.

Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.

Y, agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».

Le contestaron:

«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a sus tiempos».

Y Jesús les dice:

«¿No habéis leído nunca en la Escritura:

«La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente»?

Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».

Palabra del Señor.