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Evangelio Domingo de la trigésima semana de Tiempo Ordinario.

Aleluya Cf. Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. El que me ama guardará mi palabra – dice el Señor -,
    y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R

 

EVANGELIO
Amarás al Señor tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:

«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?».

Él le dijo:

«»Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente».

Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:

«Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»

En estos dos mandamientos sostienen toda la Ley y los Profetas».

Palabra del Señor.

Evangelio Domingo de la vigesimonovena semana de Tiempo Ordinario.

Aleluya Flp 2, 15d. 16a
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Brilláis como lumbreras del mundo,
    manteniendo firme la palabra de la vida. R

 

EVANGELIO
Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 15-21

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discípulos suyos, con unos herodianos, y le dijeron:

«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al César o no?».

Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:

«Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto».

Le presentaron un denario. Él les preguntó:

«¿De quién son esta imagen y esta inscripción?».

Le respondieron:

«Del César».

Entonces les replicó:

«Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

Palabra del Señor.

Evangelio Domingo de la vigesimoctava semana de Tiempo Ordinario.

Aleluya Cf. Ef 1, 17-18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. El Padre de nuestro Señor Jesucristo
    ilumine lo ojos de nuestro corazón,
    para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama R

 

EVANGELIO
A todos los que encontréis, llamadlos a la boda
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:

«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:

«Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda».

Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.

El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

Luego dijo a sus criados:

«La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda».

Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo:

«Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?».

El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores:

«Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».

Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos».

Palabra del Señor.

Evangelio Domingo de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario.

Aleluya Cf. Jn 15, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Yo os he elegido del mundo – dice el Señor -,
    para que vayáis y deis fruto,
    y vuestro fruto permanezca. R

 EVANGELIO
Arrendará la viña a otros labradores
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

«Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.

Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.

Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.

Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.

Y, agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».

Le contestaron:

«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a sus tiempos».

Y Jesús les dice:

«¿No habéis leído nunca en la Escritura:

«La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente»?

Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».

Palabra del Señor.