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Lectura del día – Evangelio – Santo del día

Lunes de la trigésima semana de Tiempo Ordinario.

24-10-2016

PRIMERA LECTURA
Vivid en el amor como Cristo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 32-5, 8

Hermanos:

Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo.

Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor.

De la fornicación, la impureza, indecencia o afán de dinero, ni hablar; es impropio de santos. Tampoco vulgaridades, estupideces o frases de doble sentido; todo eso está fuera de lugar. Lo vuestro es alabar a Dios. Tened entendido que nadie que se da a la fornicación, a la impureza o al afán de dinero, que es una idolatría, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios.

Que nadie os engañe con argumentos falaces; estas cosas son las que atraen el castigo de Dios sobre los rebeldes. No tengáis parte con ellos. Antes sí erais tinieblas, pero ahora, sois luz por el Señor.

 Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 1, 1-2. 3. 4 y 6
R. Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos.

Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.

 EVANGELIO
A esta, que es hija de Abrahán, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 10-17

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.

Había una mujer que desde hacia dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar. de ningún modo.

Al verla, Jesús la llamó y le dijo:

«Mujer, quedas libre de tu enfermedad».

Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente:

«Hay seis días tenéis para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días, y no en sábado».

Pero el Señor le respondió y dijo:

«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y lo lleva a abrevar?

Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?»

A decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.

 Palabra del Señor.

Sábado de la vigésima novena semana de Tiempo Ordinario.

22-10-2016

PRIMERA LECTURA
Cristo es la cabeza; de él todo el cuerpo se procura el crecimiento
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 7-16

Hermanos:

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura:

«Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres».

Decir «subió» supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el universo.

Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelistas, a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al Hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados a la deriva por todo viento de doctrina, en la falacia de los hombres, que con astucia conduce al error; sino que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para construcción de si mismo en el amor.

 Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 121, 1-2. 3-4a. 4b-5
R. Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R.

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.

 EVANGELIO
Si no os convertís, todos pereceréis lo mismo
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 1-9

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Jesús respondió:

« ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».

Y les dijo esta parábola:

«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador:

«Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”.

Pero el viñador respondió:

«Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar»».

 Palabra del Señor.

Viernes de la vigésima novena semana de Tiempo Ordinario.

21-10-2016

PRIMERA LECTURA
Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4,1-6

Hermanos:

Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.

Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobre llevaos mutuamente con amor; esforzándoos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R. Esta es a generación que busca tu rostro, Señor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.

Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que viene tu rostro, Dios de Jacob. R.

 EVANGELIO
Sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 54-59

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente:

«Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: «Va a caer un aguacero», y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: «Va a hacer bochorno», y sucede.

Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?

Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel.

Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el última monedilla».

 Palabra del Señor.

Jueves de la trigésima semana de Tiempo Ordinario.

20-10-2016

PRIMERA LECTURA
Tomad las armas de Dios para poder manteneros firmes después de haber superado todas las pruebas

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 6, 10-20

Hermanos:

Buscad vuestra fuerza en el Señor y en su invencible poder. Poneos las armas de Dios, para poder aguantar las asechanzas del diablo, porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos del aire.

Por eso, tomad las armas de Dios para poder resistir en el día malo y manteneros firmes después de haber superado todas las pruebas. Estad firmes; ceñid la cintura con la verdad, y revestid la coraza de la justicia; calzad los pies con la prontitud para el evangelio de la paz. Abrazad el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del maligno. Poneos el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.

Siempre en oración y súplica, orad en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con constancia, por todos los santos. Pedid también por mí, para que Dios abra mi boca y me conceda palabras que anuncien sin temor el misterio contenido en el Evangelio, del que soy embajador en cadenas, y tenga valor para hablar de él como debo.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 143, 1. 2. 9-10
R. Bendito el Señor, mi Roca.

Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. R.

Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos. R.

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo, de la espada maligna. R.

  EVANGELIO
No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 31-35

En aquel día, se acercaron unos fariseos a decir a Jesús: «Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte». Jesús les dijo:

-«ld y decid a ese zorro: «Mira, yo arrojo demonios y realizo curaciones hoy y mañana, y al tercer día quedará consumada.

Pero es necesario que camine hoy y mañana y pasado, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén”.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!

¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no habéis querido.

Mirad, vuestra casa va a ser abandonada.

Os digo que no me veréis hasta el día en que digáis: «¡Bendito el que viene en nombre del Señor!»».

 

Palabra del Señor.