Miércoles. San Juan de la Cruz, presbítero y doctor de la Iglesia.

14/12/2022

PRIMERA LECTURA
Cielos, destilad desde lo alto.
Lectura del libro de Isaías 45 y 6b-8. 18. 21b-25

«Yo soy el Señor, y no hay otro, el que forma la luz y crea las tinieblas, yo construyo la paz y creo la desgracia.

Yo, el Señor, realizo todo esto.

Cielos, destilad desde lo alto la justicia, las nubes la derramen, se abra la tierra y brote la salvación, y con ella germine la justicia.

Yo, el Señor, lo he creado».

Así dice el Señor, creador del cielo – él es Dios -, él modeló la tierra, la fabricó y la afianzó; no la creó vacía, sino que la formó habitable:

«Yo soy el Señor, y no hay otro. – No hay otro Dios fuera de mí – . Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más.

Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro. Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable:

Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua»; dirán: «Sólo el Señor tiene la justicia y el poder».

A él vendrán avergonzados los que se enardecían contra él; con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.

Palabra de Dios.

Sal 84, 9ab-10. 11-12. 13-14
R. Cielos, destilad desde lo alto al Justo, las nubes lo derramen.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos»
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.

El Señor nos dará la lluvia,
nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
y sus pasos señalarán el camino. R.

Aleluya Is 40, 9-10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Alza fuerte la voz, heraldo;
mirad, el Señor Dios llega con poder. R.

EVANGELIO
Anunciad a Juan lo que habéis visto y oído.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 7, 19-23

En aquel tiempo, Juan, llamando a dos de sus discípulos, los envió al Señor diciendo:

«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?».

Los hombres se presentaron ante él y le dijeron:

«Juan el Bautista nos ha mandado a ti para decirte: “¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?”».

En aquella hora Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.

Y respondiendo, les dijo:

«ld y anunciad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados. Y ¡bienaventurado el que no se escandalice de mí!».

Palabra del Señor.

Martes. Santa Lucía, virgen y mártir.

13/12/2022

PRIMERA LECTURA
La salvación mesiánica será enviada a todos los pobres.
Lectura de la profecía de Sofonías 3,1-2.9-13

Esto dice el Señor:

«¡Ay de la ciudad rebelde, impura, tiránica!

No ha escuchado la llamada, no ha aceptado la lección; no ha confiado en el Señor, no ha recurrido a Dios.

Entonces purificaré los labios de los pueblos para que invoquen todos ellos el nombre del Señor y todos lo sirvan a una.

Desde las orillas de los ríos de Cus, mis adoradores, los deportados, traerán mi ofrenda.

Aquel día, ya no te avergonzarás de las acciones con que me ofendiste, pues te arrancaré tu orgullosa arrogancia, y dejarás de engreírte en mi santa montaña.

Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor.

El resto de Israel no hará más el mal, no mentirá ni habrá engaño en su boca.

Pastarán y se descansarán, y no habrá quien los inquiete».

Palabra de Dios.

Sal 33, 2-3. 6-7. 17-18. 19 y 23
R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.

El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R.

Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Ven, Señor, y no tardes,
perdona los pecados de tu pueblo. R.

EVANGELIO
Vino Juan y los pecadores le creyeron.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 28-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

«¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue.

Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue.

¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?»

Contestaron:

«El primero».

Jesús les dijo:

«En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».

Palabra del Señor.

Lunes de la 3ª semana de Adviento.

12/12/2022

PRIMERA LECTURA
Avanza una estrella de Jacob.
Lectura del libro de los Números 24, 2-7.15-17a

En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos:

«Oráculo, de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, que cae y se le abren los ojos:

¡Qué bellas tus tiendas, oh, Jacob y tus moradas, Israel!

Como vegas dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente; el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente.

Su rey es más alto que Agag, y descuella su reinado».

Y entonó sus versos:

«Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios y conoce los planes del Altísimo, que contempla visiones del Poderoso, que cae en éxtasis y se le abren los ojos:

Lo veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto:

Avanza una estrella de Jacob, y surge un cetro de Israel».

Palabra de Dios.

Sal 24, 4-5ab. 6-7bc. 8-9
R. Señor, instrúyeme en tus sendas.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.

El Señor es bueno y es recto,
enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humilles con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.

Aleluya Sal 84, 8
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación. R.

EVANGELIO
El bautismo de Juan ¿de dónde venía?.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 23-27

En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:

«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».

Jesús les replicó:

«Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?».

Ellos se pusieron a deliberar:

«Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le habéis creído?” Si le decimos “de los hombres”, tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta».

Y respondieron a Jesús:

«No sabemos»

Él, por su parte, les dijo:

«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

Palabra del Señor.

Lecturas y Evangelio Domingo de la 3ª semana de Adviento.

11/12/2022

PRIMERA LECTURA
Dios viene en persona y os salvará.
Lectura del libro de Isaías 35, 1-6a. 10

El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrará la estepa y florecerá como flor de narciso, festejará con gozo y cantos de júbilo.

Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón.

Contemplarán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios.

Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes; decid a los inquietos: «Sed fuertes, no temáis.

¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona y os salvará».

Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán; entonces saltará el cojo como un ciervo.

Retornan los rescatados del Señor. Llegarán a Sión con cantos de júbilo: alegría sin límite en sus rostros.

Los dominan el gozo y la alegría.

Quedan atrás la pena y la aflicción.

Palabra de Dios.

Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-10
R. Ven, Señor, a salvarnos.

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.

SEGUNDA LECTURA
Fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5,7-10

Hermanos, esperad con paciencia hasta la venida del Señor.

Mirad: el labrador aguarda el fruto precioso de la tierra, esperando con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía.

Esperad con paciencia también vosotros, y fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.

Hermanos, no os quejéis los unos de los otros, para que no seáis condenados; mirad: el juez está ya a la puerta.

Hermanos, tomad como modelo de resistencia y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.

Palabra de Dios.

Aleluya Lc 4, 18ac
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí:
me ha enviado a evangelizar a los pobres. R.

EVANGELIO
¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 2-11

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle.

«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».

Jesús les respondió:

«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí! ».

Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:

«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?

Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito:

“Yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino ante ti”.

En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».

Palabra del Señor.