¿Qué Te daré?, ¿Qué Te daremos?, ¡Si todo, todo, es Tu regalo!

video
play-sharp-fill

ESTO QUE SOY, ESO TE DOY  (Eduardo Meana)

A veces te pregunto: ?¿porque yo??
Y solo me respondes: ?porque quiero?
Es un misterio grande que nos llames
Así tal como somos a tu encuentro.
Entonces redescubro una verdad
Mi vida nuestra vida es tu tesoro
Se trata entonces solo de ofrecerte
Con todo nuestro amor esto que somos.Que te daré, que te daremos
Si todo, todo, es tu regalo
Te ofreceré, te ofreceremos
Esto que somos, esto que soy
Eso te doy.

Esto que soy, esto es lo que te doy
Esto que somos es lo que te damos
Tu no desprecias nuestra vida humilde
Se trata de poner todo en tus manos
Aquí van mis trabajos y mi fe,
Mis mates, mis bajones y mis sueños,
Y todas las personas que me diste,
desde mi corazón te las ofrezco

Estribillo.

Vi tanta gente un domingo de sol,
Me conmovió el latir de tantas vidas,
Y adivine tu abrazo gigantesco,
Y se que sus historias recibías.
Por eso tu altar luce vino y pan,
Son signo y homenaje de la vida,
Misterio de ofrecerte y recibirnos,
Humanidad que cristo diviniza.

Estribillo

Domingo de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario.

04/10/2020

PRIMERA LECTURA
La viña del Señor del universo es la casa de Israel.
Lectura del libro de Isaías 5, 1-7
Voy a cantar a mi amigo el canto de mi amado por su viña.
Mi amigo tenía una viña en un fértil collado.
La entrecavó, quito las piedras y plantó buenas cepas; construyó en medio una torre y cavó un lagar.
Esperaba que diese uvas, pero dio agrazones.
Ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña.
¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no lo hubiera hecho?
¿Por qué, cuando yo esperaba que diera uvas, dio agrazones?
Pues os hago saber lo que haré con mi viña:
quitad su valla y que sirva de leña, derruir su tapia y que sea pisoteada.
La convertiré en un eril: no la podarán ni la escardarán, allí crecerán zarzas y cardos, prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
La viña del Señor del universo es la casa de Israel y los hombres de Judá su plantel preferido.
Esperaba de ellos derecho, y ahí tenéis: sangre derramada; esperaba justicia, y ahí tenéis: lamentos.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 79, 9 y 12. 13-14. 15-16. 19-20
R. La viña del Señor es la casa de Israel.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste.
Extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río. R.
¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas? R.
Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó
y al hijo del hombre que tú has fortalecido R.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor, Dios del universo, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve. R.

SEGUNDA LECTURA
Ponedlo por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 6-9
Hermanos:
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta.
Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra.
Y el Dios de la paz estará con vosotros.
Palabra de Dios.

Aleluya Cf. Jn 15, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo os he elegido del mundo – dice el Señor -,
para que vayáis y deis fruto,
y vuestro fruto permanezca. R.

EVANGELIO
Arrendará la viña a otros labradores.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.
Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y, agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».
Le contestaron:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a sus tiempos».
Y Jesús les dice:
«¿No habéis leído nunca en la Escritura:
«La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente»?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Palabra del Señor.

Sábado de la vigesimosexta semana de Tiempo Ordinario.

03/10/2020

PRIMERA LECTURA
Ahora te han visto mis ojos, por eso me retracto.
Lectura del libro de Job 42, 1-3. 5-6. 12-16
Job respondió al Señor:
«Reconozco que lo puedes todo, que ningún proyecto te resulta imposible.
Dijiste:
“¿Quién es ese que enturbia mis designios sin saber siquiera de qué habla?”
Es cierto, hablé de cosas que ignoraba, de maravillas que superan mi comprensión.
Te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos; por eso, me retracto y me arrepiento, echado en el polvo y la ceniza».
El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio. Llegó a poseer catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas.
Tuvo siete hijos y tres hijas: la primera se llamaba Paloma, la segunda Acacia, la tercera Azabache. No había en todo el país mujeres más bellas que las hijas de Job. Su padre las hizo herederas, igual que a sus hermanos.
Job vivió otros ciento cuarenta años, y conoció a sus hijos, a sus nietos y a sus biznietos.
Murió anciano tras una larga vida.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 118, 66. 71. 75. 91. 125. 130
R. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.
Enséñame la bondad, la prudencia y el conocimiento,
porque me fío de tus mandatos. R.
Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus decretos. R.
Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir. R.
Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio. R.
Yo soy tu siervo: dame inteligencia,
y conoceré tus preceptos. R.
La explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R.

Aleluya Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.

EVANGELIO
Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 17-24
En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:
«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».
Jesús les dijo:
«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno.
Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».
En aquella hora, se lleno de alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a los pequeños.
Si, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».
Palabra del Señor.

Viernes de la vigesimosexta semana de Tiempo Ordinario. Santos Ángeles Custodios.

02/10/2020

PRIMERA LECTURA
Mi ángel irá por delante.
Lectura del libro del Éxodo 23, 20-23
Esto dice el Señor:
«Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado.
Hazle caso y obedécele.
No te rebeles, porque lleva mi nombre y no perdonará tus rebeliones.
Si le obedeces fielmente y haces lo que yo digo, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios serán mis adversarios.
Mi ángel irá por delante y te llevará a las tierras de los amorreos, hititas, perizitas, cananeos, heveos y jebuseos, y yo los exterminaré».
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 90, 1-2. 3-4. 5-6 10-11
R. A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: « Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti». R.
Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás:
su verdad es escudo y armadura. R.
No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía. R.
No se acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos. R.

Aleluya Sal 102, 21
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Bendecid al Señor, ejércitos suyos,
servidores que cumplís sus deseos. R.

EVANGELIO
Sus ángeles están viviendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10
En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?».
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo:
«En verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge en mí.
Cuidado con despreciar a uno estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial».
Palabra del Señor.