Evangelio Domingo de la segunda semana de Tiempo Ordinario.

Aleluya Cf. 2 Tes 2, 14

Aleluya, aleluya, aleluya

Dios nos llamó por medio del Evangelio

para que sea nuestra la gloria e nuestro Señor Jesucristo. R.

 

EVANGELIO

Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea

Lectura del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él diga». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al esposo y le dice: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

Palabra del Señor.

Evangelio Domingo. El Bautismo del Señor.

Aleluya Cf. Mc 9, 7
R. Aleluya, aleluya, aleluya

Se abrieron los cielos y se oyó la voz del Padre:
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo. R.

 

EVANGELIO
Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 3,15-16.21-22

En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a a todos:

«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».

Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma, y vino un voz del cielo:

«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».

Palabra del Señor.

Jueves de la tercera semana de Tiempo Ordinario. 

31/01/2019 

PRIMERA LECTURA
Llenos de fe, mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos y fijémonos los unos en los otros para estimularnos a la caridad
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 19-25

Hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura.

Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa.

Fijémonos los unos en los otros para estimularnos a la caridad y a las buenas obras; no faltemos a las asambleas, como suelen hacer algunos, sino animémonos tanto más cuanto más cercano veis el Día.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 23, 1b-2. 3-4ab. 5-6
R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.

Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

Aleluya Sal 118. 105
R. Aleluya, aleluya, aleluya

Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero. R.

 

EVANGELIO
La lámpara se trae para ponerla en el candelero. La medida que uséis la usarán con vosotros
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 21-25

En aquel tiempo, Jesús dijo al gentío:

«¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama?, ¿no es para ponerlo en el candelero?

No hay nada escondido, sino para que sea descubierto; no hay nada oculto, sino para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga».

Les dijo también:

«Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene».

Palabra del Señor.

Miércoles de la tercera semana de Tiempo Ordinario. 

30/01/2019 

PRIMERA LECTURA
Ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 11-18

Todo sacerdote ejerce su ministerio diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados.

Pero Cristo, “después de haber ofrecido” por los pecados un único sacrificio; está sentado para siempre jamás a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies.

Con una sola ofrenda ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados. Esto nos lo atestigua también el Espíritu Santo.

En efecto, después de decir:

«Así será la alianza que haré con ellos después de aquellos días», añade el Señor:

«Pondré mis leyes en sus corazones y las escribiré en su mente, y no me acordaré ya de sus pecados ni de sus culpas».

Ahora bien, donde hay perdón, no hay ya ofrenda por los pecados.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 109, 1bcde. 2.3.4
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies». R.

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. R.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora». R.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec». R.

Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya

V: La semilla es la Palabra de Dios., y el sembrador es Cristo;
todo el que lo encuentra vive para siempre. R.

 

EVANGELIO
Salió el sembrador a sembrar
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 1-20

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en tierra junto al mar.

Les enseñó muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos:

«Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno».

Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga».

Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.

Él les dijo:

«A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que «por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados»».

Y añadió:

«¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; estos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».

Palabra del Señor.