Martes de la trigésima semana de Tiempo Ordinario. 

31/10/2017
PRIMERA LECTURA
La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 18-25

Hermanos:

Considero que los sufrimientos de ahora no se pueden comparar con la gloria que un día se nos manifestará. Porque la creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios; en efecto, la creación fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por aquel que la sometió, con la esperanza de que la creación misma sería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

Porque sabemos que hasta hoy toda la creación entera está gimiendo y sufre dolores de parto.

Y no sólo eso, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.

Pues hemos sido salvados en esperanza. Y una esperanza que se ve, no es esperanza; efectivamente, ¿cómo va a esperar uno algo que ve?

Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
R. El Señor ha estado grande con nosotros.

Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R.

Recoge, Señor , a nuestros cautivos
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R.

 

Aleluya Rom 8, 15bc
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
    porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R

 EVANGELIO
El grano creció y se hizo un árbol
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21

En aquel tiempo, decía Jesús:

¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?

Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».

Y dijo de nuevo:

¿ A qué compararé el reino de Dios?

Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».

Palabra del Señor.

Lunes de la trigésima semana de Tiempo Ordinario. 

30/10/2017
PRIMERA LECTURA
Habéis recibido un Espíritu de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!»
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 12-17

Hermanos:

Somos deudores, pero no de la carne para vivir según la carne. Pues si vivís según la carne, moriréis; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.

Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios.

Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abba, Padre!».

Ese mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; y, si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 67, 2 y 4. 6-7ab. 20-21
R. Nuestro Dios es un Dios que salva.

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian.
En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría. R.

Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.
Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece. R.

Bendito el Señor cada día,
Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación.
Nuestro Dios es un Dios que salva,
el Señor Dios nos hace escapar de la muerte. R.

 

Aleluya Cf. Jn 17, 17b. a
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Tu palabra, Señor, es verdad
    santifícanos en la verdad. R

 EVANGELIO
A esta, que es hija de Abrahán ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 10-17

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.

Había una mujer que desde hacia dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo.

Al verla, Jesús la llamó y le dijo:

«Mujer, quedas libre de tu enfermedad».

Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente:

«Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado».

Pero el Señor le respondió y dijo:

«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre y lo lleva a abrevar?

Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?».

Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.

Palabra del Señor.

Todo lo espero de Ti

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Como barro en tus manos me dejo moldear,

tu caricias me dan libertad.

Con ternura me formas a tu voluntad,

soy el sueño que plasmaras.

Por eso yo, Todo lo espero de ti.

perdido en tu mirar,
confiado en tus promesas quiero cantar.
Abandonado en tu amor,
perdido en tu mirar,
confiado en tus promesas quiero cantar.
Que si tu estas, no necesito nada mas.
Como un niño en los brazos de su mamá,
tu me llenas de seguridad.
Nada temo a tu lado,
me cubre con paz,
yo confío en tu bondad.
Por eso yo,
Todo lo espero de ti.
Abandonado en tu amor,
perdido en tu mirar,
confiado en tus promesas quiero cantar.
Abandonado en tu amor,
perdido en tu mirar,
confiado en tus promesas quiero cantar.
Que si tu estas, no necesito nada mas.
Tu presencia desborda mi alma señor,
la superas con inmensidad.
contemplando tu rostro en intimidad
mas te amo mas te quiero Amar.
Por eso yo,
Todo lo espero de ti.
Abandonado en tu amor,
perdido en tu mirar,
confiado en tus promesas quiero cantar.
Abandonado en tu amor,
perdido en tu mirar,
confiado en tus promesas quiero cantar.
Que si tu estas, no necesito nada mas.
Todo lo espero de ti!

Lecturas Domingo de la vigesimonovena semana de Tiempo Ordinario. 

22/10/2017
PRIMERA LECTURA
Yo he tomado de la mano a Ciro, para doblegar ante él las naciones
Lectura del libro de Isaías 45, 1. 4-6

Esto dice el Señor a su Ungido, a Ciro: Yo lo he tomado de la mano,

«Yo lo he tomado de la mano, para doblegar ante él las naciones y desarmar a los reyes, para abrir ante él las puertas, para que los portales no se cierren .

Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título de honor, aunque no me conocías.

Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mi no hay dios.

Te pongo el cinturón, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mi.

Yo soy el Señor, y no hay otro».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 95, 1 y 3. 4-5. 7-8. 9-10a y e
R. Aclamad la gloria y el poder del Señor.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Porque es grande el Señor,
y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles no son nada,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente». R.

 SEGUNDA LECTURA
Recordamos vuestra fe, vuestro amor y vuestra esperanza
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 1-5b

Pablo, Silvano y Tirnoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz.

En todo momento damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones, pues sin cesar recordamos ante Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor.

Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido, pues cuando os anuncié nuestro evangelio, no fue solo de palabra, sino también con la fuerza del Espíritu Santo y con plena convicción.

Palabra de Dios.