El acto comenzó con la bendición del campanario y de la pila bautismal, -una concha de nácar-, ambos construidos recientemente, y culminó con la consagración y firma del nuevo altar. El obispo dedicó palabras de cariño y agradecimiento al alcalde y a todo el equipo que ha formado parte de la nueva construcción y que desde 1982, que se realizó la iglesia y por falta de recursos, no se pudo llevar a cabo. Un hecho histórico que marca un antes y un después en la iglesia de Aguadulce.

El nuevo altar se compone de mármol blanco, tallado en Macael, con un peso de 3.000 kgs, sobre una base de mármol rojo y se encuentra situado en el centro de un presbiterio de forma circular, bajo el que se encuentra la primera piedra del edificio. Además, de un ambón fijo situado en el lateral derecho. En su momento, la iglesia se construyó en un estilo moderno y versátil, con vistas a ser utilizada también como auditorio, con un altar móvil, utilizando un concepto de presbiterio escénico con componentes itinerantes, que permitían vaciarlo y convertirlo en escenario.

“Todo ha sido posible gracias al empeño del excelentísimo Ayuntamiento, pero más especial al empeño de Don Gabriel. Quisiera darle las gracias, Gabriel, públicamente. También las gracias al empeño y al apoyo siempre del obispo porque esta iglesia tuviera campanario y por fin hoy este digno altar”, expresó el párroco, Antonio Jesús Martín, muy querido por los vecinos roqueteros.

También asistieron la hermana mayor de la hermandad Virgen del Carmen, Encarna García, la teniente de la misma, Nuria Manzano, la directiva de Cáritas y vecinos del municipio que quisieron acercarse a la iglesia para dar la bienvenida al nuevo altar.

 El nuevo campanario ha sido construido por el arquitecto Miguel Nieto, respetando el estilo de la Iglesia, inaugurada en 1982, y siguiendo el boceto original realizado por el arquitecto Antonio Ortiz Gacto de 1976.