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Lectura del día – Evangelio – Santo del día

Sábado de la cuarta semana de Tiempo Ordinario. 

03/02/2018 
PRIMERA LECTURA
Concede a tu siervo un corazón atento para juzgar a tu pueblo
Reyes 3, 4-13

En aquellos días, el rey Salomón acudió a Gabaón a ofrecer mil holocaustos sobre aquel altar, pues era aún el santuario principal.

Aquella noche el Señor se apareció allí en sueños a Salomón y le dijo:

«Pídeme lo que deseas que te dé».

Salomón respondió:

«Has actuado con gran benevolencia hacía tu siervo David, mi padre, porque caminaba en tu presencia con lealtad, justicia y rectitud de corazón. Has tenido para con él una gran benevolencia , concediéndole un hijo que había de sentarse en su trono, como sucede en este día.

Pues bien, Señor, mi Dios: Tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi padre, pero yo soy un muchacho joven y no sé por dónde empezar o terminar. Tu siervo esta en medio de tu pueblo, el que tú te elegiste, un pueblo tan numeroso que no se puede contar ni calcular. Concede, pues, a tu siervo, un corazón atento para juzgar a tu pueblo y discernir entre bien. Pues, cierto ¿quién podrá hacer justicia a este pueblo tan inmenso?».

Agradó a Señor esta súplica de Salomón.

Entonces le dijo Dios:

«Por haberme pedido esto y no una vida larga o riquezas para ti, por no haberme pedido la vida de tus enemigos sino inteligencia para atender a la justicia, yo obraré según tu palabra: te concedo, pues un corazón sabio e inteligente, como no ha habido antes de ti ni surgirá otro igual después de ti

Te concedo también aquello que no has pedido, riquezas y gloria mayores que las de ningún otro rey mientras vivas».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 118, 9. 10. 11. 12. 13. 14
R. Enséñame, Señor, tus leyes.

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
Cumpliendo tus palabras. R.

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R.

En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R.

Bendito eres, Señor,
enséñame tus decretos. R.

Mis labios van enumerando
todos los mandamientos de tu boca. R.

Mi alegría es el camino de tus preceptos
más que todas las riquezas. R.

Aleluya Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Mis ovejas escuchan mi voz – dice el Señor -,
    y yo las conozco, y ellas me siguen. R.

 

EVANGELIO
Andaban como ovejas que no tienen pastor
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

Él les dijo:

«Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco».

Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.

Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.

Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra del Señor.

Viernes de la cuarta semana de Tiempo Ordinario. La Presentación del Señor. 

02/02/2018 
PRIMERA LECTURA
Llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando
Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4

Esto dice el Señor:

«Voy a enviar a mi mensajero para que prepare el camino ante mi.

De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y el mensajero de la alianza en quien os regocijáis, mirad que está llegando, dice el Señor del universo.

¿Quién resistirá el día de su llegada?, ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas.

Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos pasados, como antaño».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 23, 7. 8. 9. 10
R. El Señor, Dios del universo, él es el Rey de la gloria.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria. R.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, valeroso en la batalla. R.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria. R.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios del universo,
él es el Rey de la gloria. R.

 

SEGUNDA LECTURA
Tenía que parecerse en todo a sus hermanos
Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18

Lo mismo que los hijos participan de la carne y de la sangre, así también participó Jesús de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo, y liberar a cuantos, por miedo a la muerte, pasaban la vida entera como esclavos.

Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar los pecados del pueblo. Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede auxiliar a los que son tentados.

Palabra de Dios.

Aleluya Lc, 2, 32
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Luz para alumbrar a las naciones
    y gloria de tu pueblo Israel. R.

 

EVANGELIO
Mis ojos han visto a tu Salvador
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-32

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».

Palabra del Señor.

Jueves de la cuarta semana de Tiempo Ordinario. 

01/02/2018 
PRIMERA LECTURA
Yo emprendo el camino de todos. Ten valor, Salomón, y sé hombre
Lectura del primer libro de los Reyes 2, 1-4. 10-12

Se acercaban los días de la muerte de David y este aconsejo a su hijo Salomón:

«Yo emprendo el camino de todos. Ten valor y sé hombre. Guarda lo que el Señor tu Dios, manda guardar siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, órdenes, instrucciones y sentencias, como está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y adondequiera que vayas. El Señor cumplirá así la promesa que hizo diciendo: «Si tus hijos vigilan sus pasos, caminando fielmente ante mí, con todo su corazón y toda su alma, no te faltará uno de los tuyos sobre el trono de Israel.»»

David se durmió con sus padres y lo sepultaron en la Ciudad de David.

Cuarenta años reinó David sobre Israel; siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén.

Salomón se sentó en el trono, de David su padre y el reino quedo establecido sólidamente en su mano.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL l Cro 29, 10. 1lab. 11d-12a. 12bcd
R. Tú eres Señor del universo

Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos. R.

Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R.

Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria. R.

Tú eres Señor del universo
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R.

Aleluya Mc 1, 15
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Está cerca el reino de Dios
    convertíos y creed en el Evangelio. R.

 

EVANGELIO
Los fue enviando
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 7-13

En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto

Y decía:

«Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos».

Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor.

Miércoles de la cuarta semana de Tiempo Ordinario. 

31/01/2018 
PRIMERA LECTURA
Soy yo el que ha pecado al censar al pueblo. Pero ellos, las ovejas, ¿qué han hecho?
Lectura del primer libro de Samuel 24, 2. 9-17

En aquellos días, el rey David mandó a Joab, jefe del ejército, que estaba a su lado:

«Recorre todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba, a haz el censo del pueblo, para que sepa su número»

Joab entregó al rey el número del censo del pueblo: Israel contaba con ochocientos mil guerreros, que podían empuñar la espada y en Judá con quinientos mil hombres.

Pero después, David sintió remordimiento por haber hecho el censo del pueblo. Y dijo al Señor:

«He pecado gravemente por lo que he hecho. Ahora, Señor, perdona la falta de tu siervo, que ha obrado tan neciamente»

Al levantarse David por la mañana, el profeta Gad, vidente de David, recibió esta palabra del Señor:

«Ve y di a David: así dice el Señor: “Tres cosas te propongo. Elige una de ellas y la realizaré”»

Gad fue a ver a David y le notificó:

«¿Prefieres que vengan siete años de hambre en tu país?, o que tengas que huir durante tres meses ante tus enemigos, los cuales te perseguirán, o que haya tres días de peste en tu país? Ahora reflexiona y decide qué he de responder al que me ha enviado?»

David respondió a Gad:

«¡Estoy en un gran apuro! Pero pongámonos en manos del Señor, cuya misericordia es enorme, y no en manos de los hombres».

Y David escogió la peste. Eran los días de la recolección del trigo. El Señor mandó la peste a Israel desde la mañana hasta el plazo fijado.

Murieron setenta y siete mil hombres del pueblo desde Dan hasta Berseba

El ángel del Señor extendió su mano contra Jerusalén para asolarla. Pero el Señor se arrepintió del castigo y ordenó al ángel que asolaba al pueblo:

«¡Basta! Retira ya tu mano»

El ángel del Señor se encontraba junto a la era de Arauná, el jebuseo. Al ver al ángel golpeando al pueblo, David suplicó al Señor:

« Soy yo el que ha pecado y el que ha obrado mal. Pero ellos, las ovejas, ¿qué han hecho? Por favor, carga tu mano contra mí y contra la casa de mi padre».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 31, 1-2. 5. 6. 7
R. Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.

Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.
y en cuyo espíritu no hay engaño. R.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.

Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará. R.

Tú eres mi refugio,
me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación. R.

Aleluya Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

  1. Mis ovejas escuchan mi voz – dice el Señor -,
    y yo las conozco, y ellas me siguen. R.

 

EVANGELIO
No desprecian a un profeta más que en su tierra
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 1-6

En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.

Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:

«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».

Y se escandalizaban a cuenta de él.

Les decía:

«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».

No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.

Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Palabra del Señor.