Miércoles de la decimonovena semana de Tiempo Ordinario.

10-8-2016

PRIMERA LECTURA
Marca en la frente a los que se lamentan por las acciones detestables de Jerusalén

Lectura de la profecía de Ezequiel 9, 1-7; 10, 18-22

Oí al Señor que exclamaba con voz potente:

-«¡Ha llegado el juicio de la ciudad! Que cada uno empuñe su arma destructora»

Entonces aparecieron seis hombres por el camino de la puerta de arriba, la que da al norte. Cada uno empuñaba una maza. En medio de ellos estaba un hombre vestido de lino, con los avíos de escribano a la cintura. Al llegar, se detuvieron junto al altar de bronce.

La Gloria del Dios de Israel se había levantado del querubín en que se apoyaba, dirigiéndose al umbral del templo.

Llamó al hombre vestido de lino, que tenía los avíos de escribano a la cintura.

El Señor le dijo:

-«Recorre la ciudad, atraviesa Jerusalén y marca en la frente a los que gimen y se lamentan por las acciones detestables que en ella se cometen».

A los otros les dijo en mi presencia:

-«Recorred la ciudad detrás de él, golpeando sin compasión y sin piedad. A viejos, jóvenes y doncellas, a niños y mujeres, matadlos, acabad con ellos; pero no os acerquéis a ninguno de los tienen a señal. Comenzaréis por mi santuario».

Y comenzaron por los ancianos que estaban frente al templo.

Luego les dijo:

-«Profanad el templo, llenando sus atrios de cadáveres, y salid a matar por la ciudad».

La Gloria del Señor salió levantándose del umbral del templo y se colocó sobre los querubines. Los querubines desplegaron sus alas y se elevaron sobre la tierra ante mis ojos. Junto con ellos partieron también las ruedas y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental del templo del Señor. La Gloria del Dios de Israel estaba por encima de ellos.

Eran los mismos seres que había visto bajo del Dios de Israel junto al río Quebar, y comprendí que eran querubines.

Cada uno tenía cuatro rostros y cuatro alas, y bajo las alas una especie de mano humana. El aspecto de sus rostros era el de los rostros que había visto junto al río Quebar. Todos ellos iban de frente.

 Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 112, 1-2. 3-4. 5-6 

R. La gloria del Señor se eleva sobre el cielo.

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R.

De la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos. R.

¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que habita en las alturas
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R.

 EVANGELIO
Si te hace caso, has salvado a tu hermano

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-« Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano.

En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos.

Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».

 Palabra del Señor.

Jueves de la decimonovena semana de Tiempo Ordinario.

11-8-2016

PRIMERA LECTURA
Emigra en pleno día, a la vista de todos

Lectura de la profecía de Ezequiel 12, 1-12

Me fue dirigida esta palabra del Señor:

-«Hijo de hombre, vives en medio de un pueblo rebelde: tienen ojos para ver, y no ven; tienen oídos para oír, y no oyen; pues son un pueblo rebelde.

Así pues, tú, hijo del hombre , prepara tu equipaje para el destierro, y emigra en pleno día, a la vista de todos; a la vista de todos emigra a otro sitio. Tal vez así comprendan que son un pueblo rebelde.

Sacarás tu equipaje de deportado en pleno día, a la vista de todos; partirás al atardecer, a la vista de todos, como quien va al destierro.

A la vista de todos abre una brecha en el muro y saca por allí tu equipaje.

Cárgalo al hombro a la vista de todos, sácalo en la oscuridad. Cúbrete la cara para no ver la tierra, porque hago de ti un signo para la casa de Israel».

Yo hice todo lo que me había ordenado. Saqué mi equipaje como quien va al destierro, en pleno día; al atardecer abrí una brecha en el muro con las manos, lo saqué en la oscuridad y me lo cargué al hombro, a la vista de todos.

A la mañana siguiente me fue dirigida esta palabra del Señor:

-«Hijo de hombre, ¿no te ha preguntado la casa de Israel, la casa rebelde, qué es lo que hacías?

Pues respóndeles:

«Esto dice el Señor Dios: Este oráculo toca al príncipe en Jerusalén y a toda la casa de Israel que vive allí.

«Di: “Yo soy un signo para vosotros: como yo he hecho, así harán con ellos. Serán deportados irán al destierro.

El príncipe que vive entre ellos se cargará al hombro el equipaje, en la oscuridad saldrá, por una brecha que abrirán en el muro para sacarlo, se cubrirá la cara para no ver su tierra con sus propios ojos»».

 Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 77, 56-57. 58-59. 61-62 

R. No olvidéis las acciones del Señor.

Ellos tentaron al Dios altísimo y se rebelaron,
negándose a guardar sus preceptos;
desertaron y traicionaron como sus padres,
fallaron como un arco engañoso. R.

Con sus altozanos lo irritaban,
con sus ídolos provocaban sus celos.
Dios lo oyó y se indignó,
y rechazó totalmente a Israel. R.

Abandonó sus valientes al cautiverio,
su orgullo a las manos enemigas;
entregó su pueblo a la espada,
encolerizado contra su heredad. R.

 EVANGELIO
No te digo que perdones hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 21-19, 1

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:

-«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?»

Jesús le contesta:

-«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.

El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:

«Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo.»

Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo:

«Págame lo que me debes.»

El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:

«Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré.»

Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.

Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:

«¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo rogaste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?»

Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.

Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano».

Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán.

 Palabra del Señor.

Viernes de la decimonovena semana de Tiempo Ordinario.

12-8-2016

PRIMERA LECTURA
Eras perfecta con los atavíos que yo había puesto sobre ti; y te prostituiste

Lectura de la profecía de Ezequiel 16, 1-15. 60. 63

Me fue dirigida esta palabra del Señor:

«Hijo del hombre, hazle conocer sus acciones detestables a Jerusalén.

Di: “Esto dice el Señor Dios, a Jerusalén. Por tu origen y tu nacimiento eres cananea: tu padre era amorreo y tu madre era hitita. Así fue tu nacimiento: El día en que naciste, no te cortaron el cordón, no te lavaron con agua para purificarte, ni te friccionaron con sal, ni te envolvieron en pañales. Nadie se apiadó de ti ni hizo por compasión nada de todo esto, sino que por aversión te arrojaron a campo abierto el día en que naciste.

Yo pasaba junto a ti y te vi revolviéndote en tu sangre, y te dije: Sigue viviendo, tú que yaces en tu sangre, sigue viviendo.

Te hice crecer como un brote de campo. Tú creciste, te hiciste grande, llegaste a la edad del matrimonio. Tus senos se afirmaron y te brotó el vello, pero continuabas completamente desnuda.

Pasé otra vez a tu lado, te vi en la edad del amor; extendí mi manto sobre ti para cubrir tu desnudez. Con juramento, hice alianza contigo – oráculo del Señor Dios – y fuiste mía.

Te lavé con agua, te limpié la sangre, que te cubría y te ungí con aceite. Te puse vestiduras bordadas, te calcé zapatos de cuero fino, te ceñí de lino, te revestí de seda.

Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en tus orejas y una magnífica diadema en tu cabeza.

Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas cada vez más bella y llegaste a ser como una reina.

Se difundió entre las naciones paganas la fama de tu belleza, perfecta con los atavíos que yo había puesto sobre ti – oráculo del Señor -. Pero tú, confiada en tu belleza, te prostituiste; valiéndote de tu fama, prodigaste tus favores y te entregaste a todo el que pasaba.

Con todo, yo me acordaré de mi alianza contigo en los días de tu juventud y estableceré contigo una alianza eterna, para que te acuerdes y te avergüences y no te atrevas nunca más a abrir la boca por tu oprobio, cuando yo te perdone todo lo que hiciste – oráculo del Señor -».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6 

R. Ha cesado tu ira y me has consolado.

«Él es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación».
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R.

«Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso». R.

Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión,
porque es grande en medio de ti el Santo de Israel. R.

 EVANGELIO
Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 3-12

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:

-«¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?».

El les respondió:

«¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne»? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

Ellos insistieron:

« ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla? ».

Él les contestó:

«Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer – no hablo de unión ilegítima – y se casa con otra, comete adulterio».

Los discípulos le replicaron:

«Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse».

Pero él les dijo:

-«No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda».

 Palabra del Señor.

Sábado de la decimonovena semana de Tiempo Ordinario.

13-8-2016

PRIMERA LECTURA

Os juzgaré a cada uno según su proceder

Lectura de la profecía de Ezequiel 18, 1-10. 13b. 30-32

Me fue dirigida esta palabra del Señor:

«¿Por qué andáis repitiendo este refrán en la tierra de Israel?:

«Los padres comieron agraces, y los hijos tuvieron dentera»

Por mi vida – oráculo del Señor Dios – que nadie volverá a repetir ese refrán en Israel, porque todas las vidas son mías; la vida del padre como la del hijo. El que peque, ese morirá.

Si un hombre es inocente y se comporta reta y justamente; si no come en los montes ni levanta sus ojos a los ídolos de la casa de Israel; si no deshonra a la mujer de su prójimo ni se une a su mujer durante la menstruación; si no oprime a nadie, si devuelve la prenda empeñada; si no despoja a nadie de lo suyo, si da de su pan al hambriento y viste al desnudo; si no presta con usura ni acepta intereses; si se mantiene lejos de la injusticia y aplica con equidad el derecho entre las personas; si se comporta según mis preceptos y observa mis leyes, cumpliéndolos fielmente: ese hombre es justo, y ciertamente vivirá – oráculo del Señor -.

Si ese hombre engendra un hijo violento y sanguinario, que comete contra su prójimo alguna de estas malas acciones, ciertamente no vivirá. Por haber cometido todas esas acciones detestables, morirá irremediablemente y será responsable de su propia muerte.

Pues bien, os juzgaré, a cada uno según su proceder, casa de Israel – oráculo del Señor Dios -.

Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos, y no tropezaréis en vuestra culpa. Aparta de vosotros los delitos que habéis cometido, renovad vuestro corazón y vuestro espíritu. ¿Por qué habríais de morir, casa de Israel?

Yo no me complazco en la muerte de nadie – oráculo del Señor -. Convertíos y viviréis».

 Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 50, 12-13. 14-15. 18-19 

R. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

Oh, Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R.

 EVANGELIO
No impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 13-15

En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los discípulos los regañaban.

Jesús dijo:

-«Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos».

Les impuso las manos y se marchó de allí.

 Palabra del Señor.